Si usted el 10 de enero había apostado que Cristian y Mirta llegarían sin problemas y con la sonrisa enorme al final de la ruta 40, puede comenzar a cosechar su recompensa. Esta pareja de tucumanos alcanzó la meta de recorrer de punta a punta la Argentina por el oeste, a bordo de un antiguo y brillante Ford A de 1929.
Además de la aventura de sus vidas, Cristian Delaporte y su esposa, Mirta Sanna, recolectaron una montaña gigantesca de nuevos amigos y felicitaciones a lo largo del país. “Es increíble lo que el Ford A despierta en la gente. En las provincias nos invitaban a almorzar, se tomaban fotografías junto al vehículo; en la ruta la gente nos saluda. Despertar una sonrisa, un gesto de amabilidad y sentirse acompañado en cada kilómetro de éste emblemático camino, fue sin lugar a dudas lo mejor”, dijo Delaporte con una alegría infinita.
El capitán de este viaje está orgulloso de la nave que heredó de su padre y de la que se mostró muy confiado al comenzar la trevesía en La Quiaca. El único inconveniente serio que tuvieron en la expedición fue a menos de 1.000 kilómetros del final de la ruta 40, cerca de la localidad de Perito Moreno, al comienzo de la provincia de Santa Cruz. “Se rompió la horquilla del rulemán de empuje y tuvimos que parar a repararla”, había relatado Delaporte, quien a pesar de los problemas de comunicación compartió con LA GACETA y en las redes sociales todo el transcurso del viaje.
Y llegaron al fin del mundo. Después de acariciar la Cordillera de los Andes a lo largo de los 5.301 km que recorre la ruta 40 -desde La Quiaca a Cabo Vírgenes, en Río Gallegos- tomaron la ruta 1 para arribar el viernes a Ushuaia, la ciudad más austral del planeta. Atravesaron 11 provincias, 21 parques nacionales, 18 ríos importantes, 27 pasos cordilleranos y trepa (en el Km 4601) a casi 5000 m.s.n.m. en el Abra del Acay en Salta, convirtiéndola en la ruta más alta de América, y también la más alta del mundo fuera de los Himalayas.
Al deja San Juan, rumbo a Mendoza, Mirta -la navegante, como la llama su marido- respiró aliviada al considerar que “lo peor ya había pasado”. “Nuestro norte es realmente muy, muy difícil por la ruta 40. El primer itinerario, La Quiaca - Susques (Jujuy) sobre todo y después desde Susques hasta el Abra del Acay y San Antonio de los Cobres (Salta)... ufff, muy fuerte. Pero el piloto y el auto son realmente impresionantes”, presumió la copilota. Tras pisar el último suelo continental argentino, la pareja retornará a Tucumán por la costa atlántica, sumando un total de 12.000 kilómetros.
La aventura sigue, pero la primera misión ya está cumplida. A su regreso podrán contar mucho más acerca de esta experiencia. Mientras tanto, se puede seguir el viaje por las redes sociales del Antique Tour Experience en Facebook, Twitter e Instagram.